Democracia diferida (o simulada)

Corren malos tiempos para los demócratas del PP. Dice la ínclita María Dolores de Cospedal que los escraches son nazismo. Que no se puede violentar el voto de los diputados. Pobre ignorante. Alguien debería decirle que alguna parte de los 11 millones de votos que consiguió su partido en las últimas elecciones, quizá se sientan un tanto violentados después de todas las promesas incumplidas en menos de año y medio. Pero claro, los demócratas son ellos, los demás somos ETA, nazis, perroflautas o fracasados. Viva la democracia!!

Por desgracia Cospedal no es una rara avis en el PP. Su mentora política, la dama de hojalata (sí, esa que había abandonado la política), va aun más allá. Los escraches son como los peores totalitarismos de la historia. Toma lección de democracia. O piensas como yo, o prepárate que voy con todo antisistema de mierda. Y si te pones chulo te arranco la cabeza perroflauta.

Sin embargo, un diputado navarro de su mismo partido les ha echado por tierra su táctica de criminalización. Nada de agresiones, ni violencia solo propuestas. Vaya, alguien que decide creerse la realidad, en lugar de las informaciones de Intereconomía, la Razón o el argumentario del partido.

Ah, otra vez la realidad. Maldita realidad. Esa realidad que no está permitiendo a Rajoy cumplir su programa. Quizá éste sea el auténtico motivo por el que solo sabemos de él a través de una pantalla de plasma últimamente. La realidad golpea, así que se mete en el mundo televisivo a ver si allí las cosas son diferentes.

Supongo que a estas alturas de la película ya todos somos conscientes que la democracia no es ir a votar una vez cada cuatro años. Debería ser mucho más. Debería ser escuchar las opiniones de los demás con respeto y actuar en pos del bien de la mayoría. Dar la cara y explicar el por qué de las medidas que se toman sin escudarse en imposiciones externas u oscuros datos técnicos.

Dentro de diez días se ha vuelto a convocar una acción para rodear el Congreso de los Diputados. Preparémonos para la que se nos viene encima, etarras, anarquistas, golpistas y demás lindezas. Y cargas de antidisturbios patrocinadas por la señorita Cifuentes. Una vez más pura democracia, pero diferida (o simulada).

Y tú, ¿que opinas del tema?